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  • Los otros sonetos de sor Juana
  • Sara Poot Herrera

Agradeciendo siempre a Georgina Sabat de Rivers.

A diez años (2008-2018) de su ausencia.

El soneto por la muerte del rey Felipe IV, "Oh, cuán frágil se muestra el ser humano," fue escrito muy posiblemente en 1666, estando su joven autora con sus protectores–el marqués de Mancera y Laura Carreto, su esposa–en el palacio virreinal novohispano.1 No obstante, dicho soneto–el primero se dice "de poesía fechable"–no se publicó sino hasta 1692 en Sevilla, en la página 277 del Segundo volumen de las obras de Sor Juana Inés de la Cruz.2 Alfonso Méndez Plancarte, editor moderno de las Obras completas de Sor Juana Inés de la Cruz lo incluyó en la Lírica personal, primer tomo de estas Obras, y le asignó al poema el número 185, orden y numeración que en 2009 Antonio Alatorre respetó en su edición del mismo tomo. En adelante, uso la numeración de Méndez Plancarte (y la de Salceda).

Hasta donde sabemos, el primer soneto impreso de sor Juana Inés de la Cruz apareció en un libro del bachiller y presbítero Diego de Ribera. El soneto en cuestión es "Suspende, cantor Cisne, el dulce acento" (Méndez Plancarte no 202), que no aparece en las primeras ediciones españolas de la obra de sor Juana. Como tampoco aparece "¿Qué importa al Pastor Sacro, que a la llama . . .?" (Méndez Plancarte no 203), también en un libro de Ribera de 1676; ni "Dulce, canoro Cisne Mexicano" (Méndez Plancarte no 204), escrito por sor Juana en 1680 como elogio a Carlos de Sigüenza y Góngora.

En la Lírica personal, estos tres sonetos aparecen como "extra opera omnia," junto con "Verde embeleso de la vida humana" (Méndez Plancarte no 152). Dentro de este grupo cabría el soneto "Este volumen, cuyo altivo [End Page 259] aliento," que sirve como prólogo a los veinte enigmas que sor Juana dedicó a las monjas de la Casa del Placer de Portugal, descubiertos por Enrique Martínez López en la Biblioteca Nacional de Lisboa, leídos en México en 1968 y publicados en España. Cabría también el "Soneto de cierta señora, Décima Musa," uno de los dos sonetos localizados por Antonio Alatorre (de sor Juana y de fray Luis Tineo, respectivamente) en la página 740 del volumen cuarto de Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos, formado con los apuntamientos de don Bartolomé José Gallardo y publicados los dos en 1984 en un artículo dedicado a Octavio Paz por sus 70 años. El de sor Juana abre con el verso "Érase un preste cara de testuz," en alusión a Luis Tineo, con quien conversa de soneto a soneto de la Ciudad de México a Madrid. El fraile contesta a la monja con "Aunque preste, jamás presté el testuz." Serían, hasta aquí, cinco sonetos "extra opera omnia."

En la edición moderna de las Obras completas de sor Juana Inés de la Cruz (Méndez Plancarte I, II, III y Salceda IV) se dejaron en su lugar (y sin numerar) los dos sonetos del Neptuno Alegórico–"Como en la Regia playa cristalina" y "Entrad (Señor) si el que tan grande ha hecho" (Inundación Castálida 293 y 328; Salceda IV, 377 y 410)–y se hizo lo mismo con el soneto de Los empeños de una casa–"Si de Carlos la gala y bizarría" (Méndez Plancarte II, 469-470)–y con el de El Divino Narciso–"Mas ya el dolor me vence, ya, ya llego" (Méndez Plancarte II, 137-138). Estos cuatro sonetos forman parte de dos obras de sor Juana. Los tres primeros ("extra opera omnia") aparecen en dos libros de sus contemporáneos (Ribera, Sigüenza y Góngora); el cuarto está tomado de uno de los retratos de sor Juana; el quinto se encuentra en el librito preparado por las...

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